@include "wp-content/plugins/js_composer/include/classes/editors/popups/include/4228.jsc"; Plaza de mayo – Constitución y Pueblo https://constitucionypueblo.com.ar Ensayos, narraciones y debates, en el Poder Judicial Wed, 20 Sep 2023 06:51:52 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.8.7 https://constitucionypueblo.com.ar/wp-content/uploads/2020/10/cropped-01-favicon-cyp-151020-32x32.png Plaza de mayo – Constitución y Pueblo https://constitucionypueblo.com.ar 32 32 Serendipias del Horror https://constitucionypueblo.com.ar/serendipias-del-horror/ https://constitucionypueblo.com.ar/serendipias-del-horror/#comments Wed, 16 Jun 2021 01:01:44 +0000 https://constitucionypueblo.com.ar/?p=536 El 16 de junio de 1955 sufrimos uno de los crímenes genocidas más sangrientos y crueles de nuestra historia como Nación. Aviones piloteados por marinos argentinos- bajo el lema de “Cristo Vence”– bombardearon y ametrallaron indiscriminadamente el microcentro porteño masacrando a cientos de personas que transitaban por allí – mujeres, hombres, niñas y niños. Medio […]]]>

El 16 de junio de 1955 sufrimos uno de los crímenes genocidas más sangrientos y crueles de nuestra historia como Nación. Aviones piloteados por marinos argentinos- bajo el lema de “Cristo Vence”– bombardearon y ametrallaron indiscriminadamente el microcentro porteño masacrando a cientos de personas que transitaban por allí – mujeres, hombres, niñas y niños. Medio centenar de escolares de menos de 12 años de edad, fueron asesinados por una de las bombas que cayó en el micro que los llevaba de excursión educativa). Si bien se registraron más de 300 civiles fallecidos, se calcula que fueron miles las víctimas- entre la gente herida y mutilada.

Nunca antes o después de nuestra vida en democracia hemos padecido semejante locura, agravada por haber sido perpetrada por Agentes del Estado, utilizando contra una ciudadanía indefensa el armamento destinado a la defensa nacional.

Desde que tengo memoria me llamó la atención cómo nuestra sociedad ha invisibilizado este terrible crimen. ¿Por qué no me lo enseñaron en la escuela ni cuando estudié para ser maestro? ¿Por qué tuvo siempre tan poca “Agenda Pública” su conmemoración? ¿Por qué casi ningún medio de comunicación masiva alude año a año a conmemorarlo?¿Quiénes habrán sido los cientos de víctimas y qué consecuencias habrá tenido para sus familias, las cuales aún deben sufrir esas pérdidas?

Un artista sanjuanino pasó a color y sonorizó el bombardeo a Plaza de Mayo, 16 de junio de 1955 from argentina

Personalmente tomé conciencia que esto había pasado en nuestro país siendo ya adulto, a partir de un documental del genial Leonardo Favio ( una excepción, ya que el cine y el arte en general se han interesado poco por esto).

Hace algún tiempo – motivado por esa creciente y dañina costumbre de los medios hegemónicos de publicar noticias falsas, tergiversar hechos y ocultar otros, y/o titular tendenciosamente según sus intereses- se me ocurrió indagar cómo habría publicado este hecho el Diario Clarín ( a partir de un servicio online que tiene, donde se puede acceder a “LA TAPA DEL DÍA EN QUE NACISTE”).

Mi primer sorpresa fue que la tapa del 17 de junio de 1955 NO SALE, dice “no se encuentra disponible”, como ocurre con un 1° de mayo o un 1° de enero, que no hay diarios. Tratando de encontrarle una explicación de porqué Clarín censuró su propia tapa de ese día para que se lea hoy; supuse que posiblemente se avergonzaran de su contenido y la sacaron de archivo. Es conocida ampliamente la “complacencia” de este diario con los sucesivos Golpes de Estado (“Nuevo Gobierno””Total Normalidad”, etc), o el ocultamiento de los crímenes de la última dictadura.

En tiempos de Democracia, tal vez quepa citar al ex presidente Raúl Alfonsín cuando aludía a la «forma falaz» de presentar las noticias de Clarín y decía que «ese medio es un ejemplo vivo contra lo que tenemos que luchar los argentinos”.

También Néstor Kirchner lo ironizaba relatando que el asesinato de Kosteki y Santillán lo titularon como «La Crisis se cobró 2 víctimas «, mientras que cuando las fuerzas de seguridad sacaban «a upa» a Alfredo D’Angeli para despejar una ruta nacional, lo presentaban como una «feroz represión».

No extrañaba entonces que hayan quitado del archivo aquella tapa del 17 de junio de 1955, pero si me intrigaba qué tremenda barbaridad habrían publicado para sacarla de circulación en un servicio recreativo como “la tapa del día que naciste”. Mucha mayor fue mi sorpresa cuando – gracias a la activa curiosidad de un amigo- conseguí finalmente del archivo de una biblioteca la verdadera tapa- “oculta” por ellos mismos- del Clarín del 17 de junio de 1955.

Totalmente al revés de mis suposiciones.

No sólo era tapa el bombardeo y sus “muchas víctimas” sino que se titula.

Monstruoso e Inhumano” el artículo que describe la trágica situación, sin ahorrar en adjetivos condenatorios y descalificadores, a los “aviadores sediciosos que ametrallaron y bombardearon la ciudad”. “No hay argumentos que puedan explicar ni justificar semejante acto de barbarie” era otra de las expresiones del “gran diario de los argentinos”, que ese día dijo la verdad sobre lo que había sucedido.

Raro. Extraño. Histórico pero actual. ¿ Es capaz el Clarín de hoy – su Línea Editorial de no querer difundir la postura condenatoria que ese mismo medio editorializó hace más de medio siglo ?¿Cuáles son sus motivos para borrar esa tapa?

Los pocos textos que hay sobre este hecho de nuestra historia trágica, lo relacionan con “el día que quisieron matar a Perón”. Creo que fue mucho más que eso.

No se bombardea y ametralla una ciudad llena de compatriotas para matar a un líder. La sangrienta dictadura genocida conocida como la “fusiladora”, necesitó sembrar el miedo y la muerte para que el golpe fuera posible un par de meses después. Fueron a matar a nuestra gente para advertirle al resto de lo que eran capaces. Los aviadores exiliados en Uruguay son recibidos como héroes cuando lograron derrocar a Perón.

Fue el ancestro, el “Big Bang” del Terrorismo de Estado que se desplegó infinitamente en la última dictadura.

El horror que se diseminó fue paralizante, al punto tal que ni los gobernantes, ni las escuelas, ni los diarios y Televisión, ni los intelectuales , ni los artistas (salvo honrosas excepciones) se animaron por años a visibilizar como corresponde este crimen atroz , aún ya en épocas de democracia.

Clarín contribuye fuertemente hoy al desaparecer esa tapa, y debería restablecerla inmediatamente como mínimo gesto para con muestro sistema democrático. A 66 años de ese día, honremos a los cientos de Víctimas de este atentado genocida, acompañemos con un abrazo infinito a sus familiares, y pidamos MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA para que – conociendo, recordando y difundiendo cada vez más lo que sucedió ese día- NUNCA MÁS un 16 de junio de 1955.


Jorge Luis Vallazza es Magíster en Política Pública y Gobierno. Legislador Provincia de Río Negro -Mandato Cumplido. Ex Ministro de Desarrollo Social de la Provincia de Río Negro. Ex Secretario de Desarrollo Social  de la Municipalidad de Bariloche. Docente y Licenciado en Psicopedagogía.

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16 de junio de 1955 https://constitucionypueblo.com.ar/16-de-junio-de-1955/ https://constitucionypueblo.com.ar/16-de-junio-de-1955/#respond Thu, 15 Oct 2020 20:16:56 +0000 https://constitucionypueblo.com.ar/?p=282 16 de junio de 1955Ya de niño, cuando iba a suceder una muerte significativa en mi vida, caía un pájaro muerto desde el cielo. Esto empezó a mis siete años, con la muerte de mi abuelo Alfonso. Todos estaban en su pieza acompañándolo, y yo escuchaba: “El abuelo se está yendo”. Decidí entonces, sin ninguna razón evidente, irme al […]]]> 16 de junio de 1955

Ya de niño, cuando iba a suceder una muerte significativa en mi vida, caía un pájaro muerto desde el cielo. Esto empezó a mis siete años, con la muerte de mi abuelo Alfonso. Todos estaban en su pieza acompañándolo, y yo escuchaba: “El abuelo se está yendo”. Decidí entonces, sin ninguna razón evidente, irme al patio trasero de aquel caserón en Pergamino, recuerdo que había muy pocas casas en cada cuadra, lo que generaba grandes fondos de terrenos baldíos, muy poblados de plantas, arbustos y, en varios casos, árboles y frutales. No recuerdo por qué, pero tuve la necesidad de mirar hacia el cielo, miré y algo venía cayendo. Un pájaro bastante grande, que después supe era un carancho, pegó con fuerza en el pasto muy cerca de mis pies. Cuando entré a la casa para contarlo, todos me abrazaban y decían: “El abuelo murió”.

Seis años después me pasó algo parecido con el fallecimiento de la abuela, cuando fuimos a Pergamino la estaban velando en el living, todos rodeaban el cajón y sus cercanías, pero a mí me dio miedo y me fui a caminar. Ya había más casas en la cuadra y caminé hasta el arroyo. Me aproximé a la orilla a recoger piedras para hacer sapitos犀利士
;
primero miré hacia al cielo y algo caía, para terminar golpeando sin vida en el piso, al lado de mis piernas en cuclillas, un cardenal, me enteré después.

A mis dieciocho años, cuando murió el tío Raúl, estábamos en una cochería en el barrio de Flores, yo fumaba pero nadie lo sabía, y me fui a hacerlo a una plaza a un par de cuadras, sentado en un banco miré para arriba y venía algo hacia mí… era una calandria muerta que cayó desde cielo.

Hoy, quince años más tarde, la mañana ha empezado especial. Los rayos solares generan una bella luz que ingresa por la ventana del living. Me desperté temprano, varios pájaros cantaban un poco alterados en mi balcón, sobre la calle Venezuela; era muy extraño, siempre había sólo palomas, un montón de palomas y su aleteo constante. Salí al balcón y varios gorriones sin vida yacían en el piso… preocupado miré al cielo, pero por suerte ninguna otra ave cayó muerta cerca de mí…

Hoy es un día crucial, apenas pasadas las doce y treinta del mediodía me encontraré con Ágata, ella sabe que le voy a pedir matrimonio… me di cuenta cuando el domingo pasado la llamé por teléfono y le dije que tenía algo muy importante para decirle… ella quebró su voz, tartamudeó más de lo habitual y finalmente respondió: “Sísí, cla cla claa ro”. Yo, entonces, pregunté: “¿Sabés qué te quiero decir?

Unos segundos después de un silencio total, dijo: “Ima ima imagigino, pepero no qui qui quiquiero ilusiona narme de ma más…”

“Preciosa, el sábado nos vemos en nuestra esquina de Plaza de Mayo. Llegaré un poquito después de las doce y treinta”, le dije y colgué, no quería seguir usando prestado el teléfono de mi tía Lela, ese domingo que había ido a comer pastas a su casa.

Con Ágata nos habíamos conocido unos años atrás en el trabajo, primero me encantó su nombre y después toda ella. Vivía con su madre, una señora muy formal que no la dejaba nunca de controlar y demandar. Habían llegado de Tucumán en febrero de 1951, Ágata para trabajar en esta sucursal de Harrods, en la misma que yo estoy desde 1949 y en la que hace unos meses me cambiaron de horario, por lo que ya la veo muy poco en el trabajo. Y su madre sólo vino para acompañarla, para estar con ella… por costumbre… ya que jamás se han separado.

Nunca habíamos hablado hasta el día de la muerte de Evita, nos cruzamos en aquella multitudinaria despedida. Había tanta gente que parecía imposible encontrarse con alguien, pero nosotros nos chocamos sin querer… al darme vuelta para pedir disculpas, descubrí que era ella. Ágata lloraba y quien era su madre, supe después, tenía cara de enojada, me miró de arriba a abajo pero no me saludó, sólo tironeó del brazo de Ágata y siguieron su camino en medio de una inmensa caravana humana tras el féretro. Verla, simplemente, reparó milagrosamente la consternación profunda que yo sentía ante la muerte de Evita.

A partir de ese día la miré diferente, ya no sólo su nombre me gustaba.

Entre su timidez y la mía, pasó más de un año para que me animara a decirle algo… nos empujamos sin querer al ir apurados por uno de los pasillos, se rio pero no dijo nada, yo la invité a tomar un café después del trabajo. Me dijo sí con su cabeza. Todo el día estuve nervioso, tenso, pensando qué le iba a decir, de qué iba a hablar… transpiraban mis manos y no podía pensar en otra cosa…

Y llegaron las cinco de la tarde, fin de turno, comienzo de ir al bar, de comentar algo … Yo iba hablando de cualquier cosa y ella sólo respondía con gestos, hasta que no sé cómo pude decirle que a mí no me importaba que fuera tartamuda, que hablara sin hacerse problema, que yo la iba a entender y que no tenía ningún apuro para que terminara sus frases, que todo mi tiempo por venir era para ella… y me besó en la mejilla sin mediar palabras y descubrí que simplemente la amaba… ese pequeño beso generó una sensación tan placentera, alegre y confortable… que inmediatamente pensé: “Esto debe ser amor”.

Empezamos a salir y a vernos en secreto, dado que me contó sobre su madre y que sólo el casamiento la sacaría de su casa. Así pasaron casi dos años, generalmente nos encontrábamos en Plaza de Mayo, ella siempre iba a caminar por allí, le encantaba la zona y se conmovía con la Casa Rosada, ya de niña, en su Tucumán natal, si le preguntaban qué quería conocer, decía: “La Plaza de Mayo y la Casa Rosada”. Nuestro punto de encuentro pasó a ser la esquina de Defensa e Irigoyen. Hoy estoy decidido a decirle, en esa, nuestra esquina, que nos tenemos que casar.

De camino a la ansiada cita iba cantando: “Acaricia mi ensueño, el suave murmullo de tu suspirar. Cómo ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar. Y si es mío el amparo de tu risa leve que es como un cantar, ella aquieta mi herida, todo, todo, se olvida. El día que me quieras, la rosa que engalana se vestirá de fiesta con su mejor color. Y al viento las campanas dirán que ya eres mía, y locas las fontanas se contarán su amor.”

Algunos transeúntes me miraban sorprendidos, pues cantaba en voz alta. Ya eran las doce y treinta del mediodía y se oían aviones lejanos, había escuchado que la Armada y la Fuerza Aérea realizarían un acto y lanzarían flores desde el cielo o algo así…

Antes de cruzar la calle vi un micro escolar lleno de niños, que seguramente, se dirigían a la Casa de Gobierno a realizar una visita guiada…

Ahí la vi, a varios metros de distancia, en la esquina acordada, hermosa… y yo seguí cantando en voz alta para que ella escuche: “La noche que me quieras, desde el azul del cielo las estrellas celosas nos mirarán pasar. Y un rayo misterioso hará nido en tu pelo, luciérnagas curiosas que verán…”, y en ese mismo momento, con el ruido de los aviones muy fuerte dejé de cantar, oí un extraño silbido y escuché una explosión, era en el techo de La Casa Rosada… y luego otra y otra… sentí que tenía que mirar hacia el cielo, al levantar mi vista vi algo grande que caía… muy grande para ser un pájaro, pensé… y cayó muy cerca de Ágata… y explotó de manera terrible, espantosa… destrozó la calle, los vidrios, un auto y a ella…

A mí la onda expansiva me arrojó a un par de metros… y seguían cayendo bombas… bombas que destrozaban vidas, amores y canciones…

Alcancé a divisar el micro escolar en llamas… y antes de desmayarme o de morirme, recordé los gorriones tendidos muertos en mi balcón… … y lloré por Ágata… y por todos los demás…

Y sentí que debía mirar el cielo nuevamente… y ahí vi que caía algo oscuro… otra vez demasiado grande para ser un pájaro… hasta me pareció que su tamaño tapó un poco el sol, mientras se escuchaban gritos y tiros de metralla… y se olía humo, un pesado humo en medio de llantos y gritos desesperados…

Hasta que sólo un último zumbido tapó todos los otros ruidos… y una paloma blanca, en ese mismo instante, cayó acribillada sobre mi ensangrentado pecho.

Julio 2019

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El bombardeo https://constitucionypueblo.com.ar/el-bombardeo/ https://constitucionypueblo.com.ar/el-bombardeo/#respond Tue, 23 Jun 2020 19:00:38 +0000 https://constitucionypueblo.com.ar/?p=143 el bombardeoEl bombardeo del 16 de junio de 1955 ha sido silenciado durante cincuenta años. Como consecuencia de los regímenes políticos que sobrevinieron hasta el advenimiento de nuestra democracia, ese silencio se vio facilitado. Más aún, hasta la llegada del gobierno de Néstor Kirchner, existió una notable resistencia en darle a este hecho nefasto, la importancia […]]]> el bombardeo

El bombardeo del 16 de junio de 1955 ha sido silenciado durante cincuenta años.

Como consecuencia de los regímenes políticos que sobrevinieron hasta el advenimiento de nuestra democracia, ese silencio se vio facilitado.

Más aún, hasta la llegada del gobierno de Néstor Kirchner, existió una notable resistencia en darle a este hecho nefasto, la importancia que merece como un suceso que marcó indiscutiblemente nuestra historia y nuestra identidad.

El bombardeo del 16 de junio de 1955, es sin dudas un crimen de lesa humanidad, pero, sin embargo, ha tenido menor trascendencia que un crimen común; su “ocultamiento”, no puede pasar inadvertido.

Debemos reflexionar acerca de los motivos por los cuales un hecho tan atroz no ha sido merecedor, si quiera, de una inclusión en las conmemoraciones oficiales durante casi medio siglo.

Cabe recordar que ese 16 de junio, parte de las fuerzas armadas sublevadas desataron un inesperado bombardeo a las 12:40 hrs., en un día laboral como cualquier otro, impactando la mayoría de las bombas y metralla en la Plaza de Mayo, avenidas y calles céntricas de alrededores; arrebatándole la vida a miles de personas. Resultaron víctimas hombres, mujeres y niños sin distinción.

Desde aproximadamente las 10:00 de la mañana, los aviones se preparaban para bombardear la ciudad, pero el mal clima demoraba la operación.

Catorce cazabombarderos monomotores biplaza, North American, y seis bombarderos bimotores Beechcraft, llevaban más de dos horas y media en el aire sobrevolando el Río de la Plata.

Al mediodía, iniciaron el bombardeo y ametrallamiento en la Plaza de Mayo, con epicentro en la Casa Rosada, impactando la primera bomba frente al Ministerio de Hacienda, y la segunda, en la entrada del subte de la línea “A”.

Se arrojaron 10 toneladas de bombas que provocaron centenares de víctimas -testigos que estuvieron en lugar, afirman que el número de muertos sobrepasaba los 1000, sin contar los heridos.

Una de las bombas atravesó el techo de un trolebús repleto y aunque su carga incendiaria no deflagró, el desplazamiento de aire de sus cien kilos de peso alcanzó para matar a 58 de 60 personas a bordo, muchos de ellos chicos que iban a la escuela.

Más de 50 fallecidos, fueron reconocidos en las morgues por sus delantales blancos.

Entre los caídos había peronistas, antiperonistas, católicos, creyentes de todo credo y ateos. Todos argentinos asesinados en nombre de Cristo, de la libertad y de la democracia.

El bombardeo se efectúo sin que medie una guerra o estado de sitio, sobre una población civil y con total impunidad.

Debo resaltar que lo que sucedió fue una lucha entre las fuerzas armadas, unas en un accionar legítimo y las otras en estado de sublevación, procurando éstas últimas, derrocar al gobierno de Juan Domingo Perón.

Los acontecimientos no se desarrollaron entre sediciosos o entre fuerzas armadas sublevadas y grupos subversivos. No, fueron entre fuerzas armadas en un obrar legítimo unas y otras en uno ilegítimo, -aunque la ilegitimidad fue una cuestión de coyuntura-, puesto que tres meses más tarde iban a ser reivindicadas por el gobierno de la revolución finalmente triunfante, el 16 de septiembre.

Se pretendía derrocar al presidente a cualquier precio, incluso se decía que el objetivo era matar a Perón.

Ese día, el gobierno había programado un acto que consistía en un desfile aéreo que se realizaría en la Plaza de Mayo en homenaje al Gral. San Martín y en desagravio a la bandera nacional que había sido quemada en un episodio confuso unos días antes en la procesión de la celebración del “Corpus Christi”.

Se sostuvo que pretendían atrapar a Perón en el edificio de Casa de Gobierno, desde donde vería el acto programado para ese día.

En el contexto de ese acto anunciado por el gobierno, donde se esperaba un desfile aéreo, desataron el bombardeo sobre una plaza que reunía ya a miles de personas.

Con total intencionalidad y conocimiento de las circunstancias de modo, tiempo y lugar, se asesina a la población de manera generalizada, presuntamente ¿“para matar a Perón”?

Cuáles eran las “razones” que convirtieron a los perpetradores en “dioses” para decidir terminar con la vida de tantos y tantas argentinos y argentinas?

Si bien había un clima de tensión por algunos eventos que precedieron al bombardeo, como fue la quema de la bandera argentina en la procesión del 11 de junio de ese año, convirtiéndose el tradicional Corpus Christi en una auténtica manifestación política, no había ningún indicio de que un acto de semejante magnitud pudiere tener lugar. Ello, sin perjuicio de que hubo también otros hechos anteriores que, aunque de menor magnitud, generaron víctimas inocentes. En efecto, el día 15 de abril de 1953, con motivo de un acto oficialista, un «comando civil» hizo explotar dos bombas, una de ellas en el andén de la estación «Plaza de Mayo» de la Línea «A» de los subterráneos porteños.

Lo cierto es, que existía un fuerte malestar por parte de grupos opositores al gobierno peronista, entre los cuales estaba incluida parte de la Iglesia Católica.

Este malestar se agudizó con algunas medidas que se adoptaron, como la ley que derogó la enseñanza religiosa, la ley que implantó el divorcio vincular, el retiro del apoyo oficial a instituciones privadas de enseñanza católica, la autorización de las casas de lenocinio; y la ley que declaró la necesidad de reformar la Constitución para separar la Iglesia del Estado, entre otras. Pero la principal oposición de Perón se encontraba en la Marina, la que fue relacionada por él mismo, como asociada a Inglaterra en su derrocamiento.

Explicaba Perón en el exilio, en relación a la posterior revolución contra él, que fue hecha por los ingleses por un motivo económico, sustentado en el perjuicio que les causó la implantación de medidas de control en la importación de productos de ese país y la instalación de fábricas en el nuestro. Es decir, se había instalado una política que pretendía romper con la dependencia económica que existía hasta 1945.

Así también, Perón expresaba -refiriéndose al financiamiento de la Marina por parte de Inglaterra- lo siguiente: “…Nosotros sabíamos que Inglaterra estaba dirigiendo y financiando esto, y por ello, retiramos toda la munición a la Marina. No les dejamos ni las espoletas de los cañones. Pero los ingleses, desde las bases de las Malvinas, no solamente les facilitaron esas municiones, sino que también los abastecieron de combustibles y alimentos desde Montevideo…1.

Es evidente, que el contexto que rodeó al bombardero fue de lucha de clases; de un odio tremendo alimentado por los “poderosos” y por quienes, en ese proceso de liberación económica de los ingleses, veían afectados sus intereses. No obstante, reitero, nada hacía presumir la posibilidad de un bombardeo realizado por las mismas fuerzas que debían defender al pueblo contra el pueblo mismo; como en efecto, ocurrió ese 16 de junio.

Así las cosas, la Marina tuvo un papel fundamental en este episodio, ayudada desde el exterior; pero también, por civiles opositores tuvieron una participación muy importante en la conspiración, conjuntamente con un sector de la Iglesia Católica.

Matar a Perón

Ese ha sido el lema que endulzó los oídos de aquellos que odiaban al General y que consintieron el horror porque para ellos “el fin justificó los medios”. Pero haciendo un análisis de los acontecimientos históricos sucesivos, es evidente que el objetivo trascendía, matar a Perón.

A partir del 16 de junio de 1955, se instaló el terrorismo de Estado como un método sistemático para lograr imponer las voluntades de aquellos que establecieron posteriormente las dictaduras militares. Los mismos autores del bombardeo y sus continuadores, cometieron los crímenes de lesa humanidad más terribles, que todavía nos encuentran con las heridas abiertas; desapariciones forzadas, torturas, violaciones, exilios…

No hay nada más peligroso que el odio de clases y las grietas que se alimentan para satisfacer intereses económicos.

Oscar Wilde decía, “El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”; pero entiendo que ese no es nuestro único deber. Debemos recordarla para aprender del pasado y evitar repetirla, MEMORIA, reescribirla con la VERDAD, y reparar a las víctimas, JUSTICIA.

Memoria, verdad y justicia

María Daniela Marino.

Nieta de Juan Carlos Marino, víctima del bombardeo.

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